El 29 de julio, las fuerzas de seguridad bielorrusas detuvieron a 33 ciudadanos rusos. Alegan que se trata de mercenarios que entraron al país con el fin de desestabilizar la situación de cara a las elecciones presidenciales.
La detención dio paso a todo tipo de especulaciones al respecto, pero varios expertos sostienen que es muy poco probable que la versión oficial de Minsk tenga base. Sputnik entrevistó a varios analistas para entender mejor cuáles son las principales versiones de lo sucedido que se barajan hasta el momento.
"Minsk es un centro de conexión internacional"
El día siguiente de la detención, el embajador ruso en Bielorrusia, Dmitri Mézentsev, expresó que los ciudadanos rusos detenidos no tenían planeado quedarse en Minsk, sino que se dirigían a otro destino, sin especificar cuál. Luego llegó el comunicado oficial desde el Ministerio de Exteriores de Rusia, según el cual, los 33 rusos se dirigían a Estambul, capital de Turquía, y que las autoridades de Bielorrusia disponen de toda la documentación necesaria para "establecer la verdad".
Debido a la pandemia de coronavirus, Rusia ha cancelado los vuelos comerciales entre la mayoría de los países del mundo. Es por eso que, hoy en día, muchos rusos utilizan el país vecino como puerta de entrada y salida hacia el exterior, explica en corresponsal de guerra Semión Pégov, entrevistado por Sputnik.
"No es un secreto para nadie que Minsk se utiliza como una especie de centro de conexión internacional en tiempos de coronavirus, con el fin transportar a este tipo específico de trabajadores. Si fueran militares profesionales, por supuesto, serían transportados en naves diferentes y no necesitarían viajar a Minsk para, de ahí, volar a África. No obstante, como son profesionales que ejercen como particulares, hicieron uso de este corredor", explicó el Pégov.
El corresponsal de guerra aseguró que este tipo de movimientos siempre son acordados de antemano con las autoridades correspondientes. Por eso, supone, quedan dos explicaciones a su detención. En primer lugar, dice, el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, "pudo haberse aprovechado de la situación para alimentar los sentimientos antirrusos" a días antes de las próximas elecciones presidenciales. De esta manera, podría pretender consolidar a los votantes alrededor de su figura como defensor de la nación ante inexistentes amenazas externas.
El desarrollo de esta situación dependerá mucho de los próximos pasos que tome Lukashenko y las autoridades bielorrusas en general, pronostica Semión Pegov. Sobre todo, tras la posibilidad de que varios de los detenidos sean entregados a Ucrania, ya que algunos de ellos tienen otra nacionalidad aparte de la rusa.
"En ese caso, sería un golpe muy duro para las relaciones ruso-bielorrusas", concluyó el experto.
Previamente, el analista político Bogdán Bezpalko sostuvo que si los ciudadanos rusos de verdad quisieran organizar una intentona golpista o caos en Bielorrusia, como se les acusa, no se movería abiertamente en grupo y tampoco llevarían uniforme de camuflaje.
"Sin duda, esto es un juego político, un espectáculo montado. Ese show está dirigido, en primer lugar, al público doméstico, se busca atemorizar a los votantes bielorrusos", dijo Bezpalko a Sputnik.