Desde el 26 de julio, en Reino Unido rige una norma de obligado cumplimiento para todos los nacionales británicos y visitantes que lleguen procedentes de España: deben guardar 14 días de cuarentena.
¿Hay otras razones?
La salvaguarda de la seguridad sanitaria de sus ciudadanos es la razón que Reino Unido aduce para instaurar cuarentenas a toda aquella persona que pise suelo de la Albión procedente de España. Pero la medida también ha generado choques en el seno de la clase política del país, pues diversos representantes públicos no comprenden que se imponga apenas tres días después de levantarse esas mismas restricciones.
En Escocia, el líder del Partido Liberal Demócrata, Willie Rennie, ha instado a la primera ministra del país, Nicola Sturgeon, a publicar los datos que condujeron a tomar la decisión de sacar a España de la lista de países eximidos. "¿Por qué se levantó la cuarentena a las personas procedentes de España cuando el índice de infección era mucho mayor que cuando se impone de nuevo?", le inquirió.
Mazón recalca que la recomendación británica se produce en un momento en que "Benidorm tiene muchísimos menos contagios que el propio Reino Unido, también Baleares y Canarias". "Se aprovecha para minimizar la importancia que tiene España en este campo y así desviar sus turistas a otros destinos, que interesa que cobren mayor protagonismo".
Este especialista sostiene que los intereses británicos suelen favorecer a destinos como Malta, Corfú, algunas islas del Caribe y el propio sur de Inglaterra. "Les sale lo mismo un vuelo chárter a los destinos baratos del Caribe que a Torremolinos", explica. "Cuando han ocurrido estas cosas, Corfú se beneficia", subraya.
"Al turista se le puede manipular. Se le dice: 'te costará lo mismo y vas a estar más seguro y mejor'. La gente va donde le dicen los turoperadores, cuyos intereses prevalecen, porque son los que controlan la demanda. Y lo hacen con precios bajos y con pago a plazos. Tienen un poder enorme", afirma Tomás Mazón.
"Desconocemos lo que piensan los políticos británicos, pero sabemos que hay unos intereses bastardos que buscan promover a otros aliados y otros lugares donde ellos puedan tener más protagonismo. Y el Reino Unido, cuando puede, nos mete mano", recalca.
La posición británica
El impacto negativo de la decisión de las autoridades británicas supone un duro golpe para una industria que atiende cada año a unos 18 millones de turistasprovenientes del Reino Unido. En declaraciones a Sputnik, el embajador británico en España, Hugh Elliott, subraya que "la prioridad ha sido y sigue siendo la salud pública".
"En el Reino Unido hemos conseguido bajar el nivel de incidencia del virus, y dada la tendencia al alza significativa de casos en España, hemos decidido aplicar la política de la cuarentena para el país en su conjunto, para proteger la salud pública", declaró el embajador Elliott.
Según este diplomático británico, las recomendaciones de viaje y las medidas de cuarentena "se revisan continuamente" y se cancelarán "cuando sea seguro hacerlo".