Bajo el mar circula Internet. Aproximadamente el 98% del tráfico internacional lo hace a través de gigantescos cables submarinos, que recorren los océanos de todo el planeta. En España, múltiples vías salen del mar para permitir el funcionamiento de la red. Algunas de varios miles de kilómetros como MAREA que conecta Bilbao con la ciudad estadounidense de Virginia Beach o SAT-3/WASC entre la Península Ibérica y Sudáfrica. También en el Atlántico yacerá la próxima línea cableada.
La vía, que estará lista en 2022, dará un mayor soporte a la red de productos empresariales y de consumo de la multinacional tecnológica. Así se potenciarán servicios como Google Met, Google Gmail o Google Cloud. Precisamente, este último es uno de sus grandes proyectos en España, después que se anunciara que la compañía creará una región de Google Cloud en Madrid tras la alianza con Telefónica. Esta sería la primera en suelo español.
De ahí, la importancia de la potencia de la línea. Así, el cable integrará 16 pares de fibras, algo que supone, según la compañía, una "actualización significativa de la infraestructura de Internet que conecta actualmente Estados Unidos y Europa". Además, incluirá un sistema de conmutación de fibra óptica, una tecnología que permite mejorar la fiabilidad de las comunicaciones globales y evitar los daños y molestias provocadas por supuestos cortes. Desde Google admiten a la Agencia Efe que este es el primer cable submarino del mundo que usa esta tecnología.
Todos reciben nombre de personajes famosos. La científica Marie Curie, el fundador de la Cruz Roja, Henry Durant, y el escritor Olaudah Equiano. El cable Grace Hooper recibe el nombre de la informática que desarrolló el primer compilador o enlazador, fundamental para el desarrollo del lenguaje de programación universal COBOL. En cierta manera, parte de su legado correrá a través de las fibras de la infraestructura que lleva su nombre.