"El estilo es bien conocido, no hay pruebas, ni hechos concretos, ni nada", comentó Zajárova la nueva acusación británica contra Rusia.
La diplomática añadió que las acusaciones se presentan "con un tono de 'highly likely', es decir 'casi ciertamente', y ahora la novedad es 'el 95% de seguridad'".
Por su parte, la presidenta del Consejo de la Federación (Senado ruso), Valentina Matvienko, declaró que Rusia no es tan influyente como para intervenir en las elecciones presidenciales de otros Estados, las acusaciones en ese sentido son poco serias.
"Estamos hartos del tema de la injerencia de Rusia en todos los procesos que se operan en el mundo, incluidos los comicios. Somos un país influyente, pero no hasta el grado de poder ejercer influencia sobre las elecciones de los presidentes o sobre los resultados de los referéndums. Es poco serio afirmarlo", dijo al ofrecer una rueda de prensa.
Rusia jamás se ha inmiscuido en las elecciones estadounidenses ni lo hará, y tratará de edificar las relaciones con el mandatario al que elija el pueblo de EEUU, subrayó.
Matvienko recordó que las acusaciones sobre la supuesta intromisión rusa en el proceso electoral estadounidense "reventaron como pompas de jabón", pero tuvieron consecuencias negativas para las relaciones bilaterales, incluidas las sanciones.
El informe apunta que Rusia ve al Reino Unido "como uno de sus objetivos prioritarios", y por ello pide más "herramientas" para los servicios de inteligencia para que sean capaces de "luchar contra este adversario muy fuerte".
Además, según el documento, los parlamentarios británicos sostienen que las declaraciones sobre una presunta injerencia en el referéndum sobre independencia de Escocia en 2014 merecen confianza aunque no disponen de pruebas.
No es la primera vez que el Reino Unido acusa a Rusia de injerencia en sus procesos políticos.