Verjoyánsk, un pueblo de 1.300 habitantes ubicado al norte del círculo polar, no solo es uno de los lugares más fríos de nuestro planeta, sino también una de las ciudades con la mayor amplitud de temperaturas a lo largo del año. En verano de 1988, la temperatura máxima en la localidad fue de 37,3 grados. El 20 de junio, alcanzó los 38°C.
La ola de calor afectó a toda la región. Los vecinos de la zona comparten en Instagram imágenes en las que disfrutan del sol al aire libre:
En 1885, en la localidad siberiana se registraron 67,8 grados bajo cero, un récord para el hemisferio norte.
Dos ciudades de esta región, Verjoyansk y Oimiakón, con temperaturas mínimas absolutas de −67 y −67,8 grados Celsius, respectivamente, disputan el título del Polo del frío del hemisferio norte.