Precisamente esa expresión hemos encontrado esta semana en la prensa europea que cita un informe generado por el Servicio Europeo para la Acción Exterior (SEAE), de la Unión Europea. Pues, este informe dice textualmente: "los canales de televisión controlados por el Gobierno ruso están utilizando la emergencia para construir una contranarrativa acerca del presunto colapso de los valores de Occidente".
Pero en cualquier caso, sin duda, se trata de una emergencia adicional.
"Los Ángeles: Incendios y saqueos tras la muerte de Floyd", titula a una de sus crónicas la edición en español de la CNN.
CNN
Vídeo titulado "Los Ángeles: Incendios y saqueos tras la muerte de Floyd".
De los reportajes de nuestros colegas estadounidenses y de lo que llega a través de las redes sociales tenemos un cuadro apocalíptico de lo que está pasando en Estados Unidos. Según escribe la CNN en su página web, la policía y los funcionarios federales dicen que elementos externos, de grupos de extrema derecha y de extrema izquierda, están ayudando a alimentar las confrontaciones violentas y dañinas que han empañado las protestas en todo el país en los últimos días, a pesar del enfoque del presidente Donald Trump centrado solo en antifa y la extrema izquierda.
La exasesora de seguridad nacional de la Administración Obama, Susan Rice, dijo hace unos días en una entrevista a la CNN que Rusia podría estar detrás de las violentas manifestaciones en el país norteamericano.
A eso la portavoz del ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, le contestó que "las redes sociales que cree que están siendo utilizadas por agentes rusos para alimentar las protestas en las ciudades estadounidenses pertenecen a los estadounidenses y están reguladas por las leyes estadounidenses".
"Las acusaciones de la participación de Rusia en los disturbios en EE.UU. son una manipulación", titula a una de sus crónicas RT.
RT
Más aun, John Avlon el analista político senior en CNN sostiene que los "enemigos de Estados Unidos ven la ventaja de agitar el conflicto a lo largo de líneas raciales" precisamente ahora con una elección presidencial en Estados Unidos a solo cinco meses de distancia.
"Esta es una repetición de lo que Rusia hizo para ayudar a elegir Donald Trump en 2016". Me pregunto qué es lo que exactamente hizo Rusia para que ganara Trump que es tan fácil de repetir para que gane de nuevo.
Pero hablando en serio cabe destacar que la ira de las fuerzas antirrusas en Occidente no solo se debe a la aproximación de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, sino también a la iniciativa del presidente Donald Trump de invitar a su homólogo ruso Vladómir Putin a la próxima reunión del G-7 en marzo.
Y desde esta perspectiva no es de extrañar que las voces que acusan a Rusia de injerir en tiempos de emergencia, sea cual sea, lleguen no solo de Washington, sino también de Bruselas. La UE alertó esta semana de "instrumentalización de protestas en Estados Unidos desde Rusia y China".
"La UE alerta de instrumentalización de protestas en EEUU desde Rusia o China", titula la agencia EFE.
De habernos referido tanto a estos valores me pregunto ¿a qué se refieren nuestros colegas precisamente, de qué valores hablan? Se supone que los ideólogos occidentales se refieren a la confrontación que definen como entre democracia y autocracia actualmente en curso en el escenario internacional.
El diario digital El Español escribe esta semana que Italia se ha convertido últimamente en uno de los focos de esa guerra contra los llamados "valores de Occidente".
"Vídeos y cuentas fake en redes: Italia señala a Rusia y China por condicionar su opinión pública. El coronavirus es el escenario perfecto que los regímenes autocráticos estaban esperando", denuncia Italia", titula a una de sus crónicas El Español.
En 24 horas el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó el despegue de varios aviones y personal militar a Roma. "Nunca habían aterrizado tantos aviones y militares rusos en un país de la OTAN", recordaban entonces los periódicos italianos. China y Cuba también se pusieron manos a la obra para auxiliar a Italia durante los momentos más duros de la pandemia: La Habana ofreció médicos y enfermeros, mientras Pekín toneladas de material sanitario.
En opinión de El Español, todo ello se hizo para hacer reflexionar "a los italianos acerca de la clamorosa ausencia de Estados Unidos, algo realmente inédito desde la Segunda Guerra Mundial, al menos en eventos de tal magnitud. Según la prensa del país, "hay una aceleración geopolítica en el Mediterráneo, que ve al país norteamericano cada vez más ausente y lejano. Quien se dedique a entender el mundo después del coronavirus tendrá en mente los aviones rusos, las ayudas chinas y los médicos cubanos".
Pues, nuestro principal pecado es que hemos conseguido que los italianos consideren que están agradecidos por la ayuda que les llegó desde Rusia y de China. El diario italiano La Repubblica denuncia que "una de las estrategias más utilizadas es la publicación y difusión de vídeos fake en los que se ve a ciudadanos transalpinos "aplaudiendo en los balcones" para agradecer la solidaridad de los rusos".
Y, por último, ¿cómo perjudica todo eso a los llamados valores de Occidente?
Desgraciadamente, no hemos encontrado respuesta a estas preguntas en ninguno de los materiales que hemos citado.