Este retroceso fue impulsado por la influencia que ha pasado a ejercer el Gobierno búlgaro sobre la economía del país, destaca el periodista Slav Okov en su artículo para el medio.
Bulgaria comenzó a privatizar las empresas públicas e invitarlas a competir entre sí después de una devastadora crisis financiera vivida en la década de 1990, al pasar del régimen comunista a un sistema capitalista. Este paso era necesario para que el país pudiese posteriormente integrarse en la más próspera Europa occidental. Pese a estos esfuerzos, el país no pasó a formar parte de la UE hasta 2007, y hasta ahora es considerado el más pobre de esa integración política, ya que la calidad de vida en Bulgaria alcanza solo la mitad del promedio de la UE.
En particular, el primer ministro, Boyko Borisov, quien encabeza el Gobierno por tercera vez, lanzó varios proyectos de infraestructura y energía a gran escala, reinició una licitación para construir una planta nuclear y puso en servicio el tramo búlgaro del gasoducto Turk Stream que transporta el gas ruso a Turquía.
En 2019, tras una crisis de suministro de agua el Gobierno búlgaro fundó un consorcio empresarial para poder controlar las empresas que se encargan de su gestión. También transfirió a una empresa pública especializada en el mantenimiento de las carreteras unos 1.300 millones de dólares en contratos sin realizar la licitación respectiva.
Con la expansión de la pandemia, la intervención de Sofía en la economía se aceleró, haciéndose eco de los esfuerzos que se aplicaron en otros países de Europa de manera semejante. Mientras tanto la economía búlgara podría contraerse un 7,2% este año, destaca un pronóstico de la Comisión Europea citado por el autor del artículo.
Hoy en día Lukoil es el mayor minorista y proveedor de almacenamiento para combustible en Bulgaria, ya que opera una red de más de 220 gasolineras y un oleoducto de 400 km. Su refinería de crudo situada en la ciudad de Burgas, en el mar Negro, es la más grande de las que existen ahora en los Balcanes.
Se prevé que la Compañía Estatal de Petróleo de Bulgaria utilice los búnkeres pertenecientes al Gobierno para almacenar el combustible de otras compañías y construya unas 100 gasolineras para ofrecer "mejores precios" a los consumidores, según recalcó el ministro de Economía, Emil Karanikolov.
"El Estado intervendrá donde sea necesario o allí donde el mercado no esté funcionando bien. El modelo liberal probablemente debería considerarse con cautela en momentos de crisis", declaró, a su vez, el ministro de Finanzas, Vladislav Goranov.