La pandemia de COVID-19 obligó a empresas de todo el mundo y de los más variados rubros a implementar la modalidad home office para sus empleados con el fin de respetar el necesario distanciamiento social sobre el que la comunidad científica ha hecho tanto hincapié en la lucha contra el coronavirus.
A nivel mundial, la capacidad brasileña de implementar la modalidad de teletrabajo figura en la posición 45 en un ranking con otros 85 países más. Las áreas académicas y científicas son las más sencillas de ejecutar mediante el teletrabajo, a diferencia del rubro agrícola y militar, según el Instituto de Pesquisas Económicas Aplicadas (IPEA).
El informe del organismo estatal brasileño analizó 434 ocupaciones y observó que casi una cuarta parte de las actividades (22,7%) podrían llevarse a cabo de forma remota, lo que equivale actualmente al trabajo de más de 20 millones personas en el país.
En términos generales, de los 86 países evaluados, Luxemburgo presenta la mayor de capacidad de implementar el home office: un 53,4% de los puestos de empleo pueden hacerlo en el país europeo. Los otros 9 mejor evaluados, con cifras que rondan el 45% en todos los casos son, mejor a peor, Suiza, Suecia, Reino Unido, Bélgica, Noruega, Islandia, Malta, Estados Unidos y Holanda. El último en el ranking es Mozambique con un 5,24% de posibilidad.