Este 3 de junio Johnson indicó en un artículo para el periódico South China Morning Post que el Reino Unido está dispuesto a modificar las reglas de visa para Hong Kong, si China implementa la ley en cuestión, un acto legislativo que, según el primer ministro, "limitaría la libertad y debilitaría seriamente la autonomía" de la región.
"La parte china expresa su descontento y una protesta decidida", dijo Zhao a la prensa.
Subrayó que "las declaraciones de la parte británica sobre el tema son incorrectas y una grave interferencia en los asuntos de Hong Kong y los asuntos internos de China".
Destacó que la decisión de la Asamblea Popular Nacional china de "crear y mejorar el sistema legal y los mecanismos de aplicación para garantizar la seguridad nacional en la región administrativa especial de Hong Kong es un asunto interno de China y ningún estado extranjero tiene derecho a intervenir".
El proyecto de ley en cuestión provocó disgusto en las fuerzas antigubernamentales de Hong Kong y en algunos funcionarios occidentales que vieron en ese documento el deseo de Pekín de recrudecer el control sobre esta región autónoma.
El presidente de EEUU, Donald Trump, amenazó con aplicar sanciones a Hong Kong y retirar el estatus especial que Washington le había concedido.
China rechazó cualquier crítica y declaró que lo relativo a Hong Kong es un asunto interno.