¿El nuevo azote de Dios?
"Yo soy el martillo del mundo. Donde mi caballo pisa no crece la hierba", decía según las leyendas el rey de los hunos, Atila. Pero el 'azote de Dios' se ha actualizado y recorre el mundo dejando tierra quemada en formato de virus por estos días.
Inesperadamente, las torres de marfil de los grandes encumbrados se están derrumbando, algo impensable hace apenas tres meses. Y lo anunció uno de los jerarcas de una de 'la' institución del capitalismo por ósmosis.
"Desafortunadamente, la tasa de desempleo aumentará a números que probablemente no hayamos visto desde la década de 1940", ha sentenciado Richard Clarida, vicepresidente de la Reserva Federal de EEUU. Y avaló sus dichos con datos, al declarar que debido al cierre de empresas, en las últimas seis semanas más de 30 millones de trabajadores presentaron solicitudes de desempleo. Clarida apela a la humildad para poder surfear esta ola de tsunami.
El principal problema actual de la economía global es el grado de incertidumbre, apunta el economista Luis Palma Cané.
"No sabemos cuánto va a durar y la gravedad" de la crisis provocada por el coronavirus.
"Lo cierto es que la caída del Producto Bruto Interno global y de todas y cada una de las naciones, salvo en principio China e India que no caerían en su nivel de actividad, sino que se reducirían notablemente pero no está dicho todo, salvo eso, caída del Producto Bruto global e individual de forma sincrónica y un elevadísimo aumento del desempleo y de la pobreza. No se puede decir más", manifiesta el economista.
Empiezan a reventar las costuras de la Unión Europea
Mientras, una reciente sentencia del Tribunal Constitucional alemán exige que en un plazo de tres meses el Banco Central Europeo [BCE] presente pruebas de que su compra de deuda soberana ha sido proporcional, y diferenciar la política monetaria de la económica. De no cumplir, intima al Bundesbank a dejar de participar en las compras, lo que sería un golpe de gracia, ya no sólo para las economías de varios países, sino al sentido de unión del bloque comunitario.
"Yo pienso que ha aumentado el peligro de conflictos internos, que hoy creo que la probabilidad es baja, pero puede ir aumentando la probabilidad de que esto termine colapsando a la unión", incide Palma Cané.
"Yo soy de los que piensan que la Unión Europea, como otra unión cualquiera de países es positiva, pero debe ser completa. La UE es incompleta […] y uno de los puntos clave es el tema fiscal. […] No es posible que pongas una empresa en Irlanda y pagas, por ejemplo, un 10% de ganancia, y en otro país pagas el 35% dentro de la misma comunidad", remacha el economista Luis Palma Cané.