Las dunas de Maspalomas han recuperado sus ondulaciones y su sorprendente paisaje por la ausencia de personas en el lugar.
Hace un año, activistas ecológicos habían advertido de diferentes formas a los turistas para que no arruinen el entorno ecológico. Pues corría peligro de que perdiese para siempre su aspecto porque los visitantes escribían sus nombres en la arena ondulada y en algunas ocasiones hasta tenían sexo a orillas de las playas.
Por su parte, el proyecto Masdunas trabajó en la repoblación de la zona con plantas de balancones que atrapan la arena y generan nuevas dunas.
Varias semanas después de que se cerraran todas las playas del lugar por la propagación del COVID-19, este atractivo turístico ahora se encuentra en perfectas condiciones y sin huellas de visitantes.
Estas dunas de arena se encuentran dentro de una reserva natural especial por ser considerada uno de los ecosistemas más emblemáticos de Gran Canaria.