Las imágenes fueron filmadas en 2004 y 2015 por aviones de combate estadounidenses. El Pentágono indica que las tres tomas habían sido divulgadas anteriormente como resultado de "publicaciones no autorizadas en 2007 y 2017". La Marina de Estados Unidos reconoció previamente la autenticidad de estos videos.
"El Pentágono publica estos videos, para disipar cualesquiera juicios falsos del público en cuanto a si estas imágenes eran frecuentes, así como si existe en estos videos es algo más", explica la portavoz del Departamento de Defensa, Sue Gough.
A finales de 2017, se supo que el Pentágono había llevado a cabo un programa clasificado para recopilar y analizar datos sobre "amenazas aeroespaciales anómalas". En 2007-2012, se le asignaron 22 millones de dólares.
El programa fue dirigido por el experto de inteligencia militar, Luis Elisondo, quien renunció en 2017. Según él, la razón de este paso fue una actitud poco seria hacia su trabajo por parte del alto mando del Pentágono.
Después de que la información sobre la existencia del programa se filtró a la prensa, el ejército estadounidense lanzó una serie de videos que registraban los contactos de los pilotos militares estadounidenses con presuntos ovnis. A su vez, una revisión del Congreso declaró que la implementación del programa no aportó datos sensacionales.