Este no sería el único caso, puesto que una situación similar ocurrió a bordo del portaviones estadounidense USS Theodore Roosevelt, cuyo capitán ha sido destituido tras denunciar casos de coronavirus en su tripulación.
La presencia de un virus a bordo de un buque militar puede convertirse rápidamente en una epidemia, puesto que los miembros de la tripulación conviven en espacios muy cerrados.
El buque en cuestión es el único portaviones francés lo suficientemente grande como para poder operar con aeronaves sin la capacidad de despegar verticalmente. Recientemente, el Charles De Gaulle fue enviado al golfo Pérsico, en medio de las tensiones que se vivieron en esta región en los últimos meses.
Se trata de un portaviones relativamente pequeño, con un desplazamiento de unas 40.000 toneladas. Al igual que el portaviones más avanzado de EEUU, el Gerald R. Ford, el buque francés también tiene una larga historia de problemas técnicos que complicaron su introducción en la Armada del país galo y su operación.
La mayoría de los problemas estaba relacionada con su sistema de propulsión basado en un reactor nuclear. De hecho, el medio sostiene que los problemas fueron tan frecuentes, que los militares franceses planean darle la espalda a la energía nuclear para su futuro portaviones y optar por tecnologías más convencionales con el fin de reducir los costos y evitar más problemas técnicos.