Las medidas de prevención contra el COVID-19 implementadas por el Gobierno sueco son una de las más controversiales en toda Europa debido a su excesiva confianza en el sentido común y responsabilidad de los ciudadanos para combatir la expansión del coronavirus.
Mientras en otros países europeos acatan un estricto confinamiento, el Gobierno sueco ha optado por el método de recomendaciones sin dictar ningún tipo de confinamiento ni restricciones de movimiento generando una ola de críticas al partido gobernante.
Actualmente, Finlandia cuenta con poco más de 1.900 contagiados y ocho muertos, Dinamarca con más de 4.000 casos confirmados y 161 fallecidos, mientras que Noruega registró más de 5.000 infectados y 58 decesos, según datos de la Universidad estadounidense Johns Hopkins.
Con las escuelas, cafeterías y restaurantes en funcionamiento Suecia ha registrado más de 6.000 contagiados y más de 400 fallecidos por COVID-19 poniendo a los epidemiólogos del país un gran reto para contener la propagación del virus y evitar el colapso de los hospitales.
La representante de la salud pública mundial con sede en Estocolmo, Claudia Hanson, notó que Suecia está acostumbrada a tomar decisiones basadas en evidencia aunque considera que este método no funciona para combatir una pandemia de la magnitud del coronavirus del cual se desconocen muchos detalles.
Al momento de esta publicación, las cifras de contagios por COVID-19 en el mundo han superado el millón de personas dejando más de 57.000 fallecidos en más de un centenar de países.