"Casi todos los residentes de Norbotnia, o al menos una gran parte de ellos, tendrán que pasar por esta infección dentro de unos años antes para que se convierta en un resfriado común que no nos afecte tanto", afirmó a la emisora nacional SVT.
"Sería estupendo que los jóvenes, rápidamente, pero pacíficamente, pasaran por esta infección y se hicieran inmunes. Nuestro objetivo es desarrollar lentamente la inmunidad en la población, para que la infección no se extienda tan rápidamente", añadió.
Sin embargo, esta posición solo es parcialmente consistente con la estrategia prevista por el epidemiólogo estatal sueco Anders Tegnell. En una reciente conferencia de prensa, rechazó la idea de que la estrategia de Suecia es construir la inmunidad colectiva, admitiendo a la vez que es la única manera de detener la pandemia.
Según Tegnell, las medidas para aplanar la curva pueden ser efectivas durante periodos más cortos, pero no tendrán ningún efecto duradero.
Suecia tiene actualmente 6.830 casos confirmados de COVID-19, con 401 muertes. La mayoría de las víctimas representan el grupo de edad de 80-90 años.
Sin embargo, según Anders Nystedt, el número de casos no reportados es muy alto. Él estima que entre 5.000 y 10.000 personas están infectadas solo en la provincia de Norbotnia, y el país está más adelantado en la curva de la epidemia de lo que se pensaba.
Las medidas del Gobierno sueco cuentan con el apoyo de la población. La popularidad del primer ministro Stefan Löfven es mayor de lo que ha sido en mucho tiempo.
Mientras tanto, la pandemia de COVID-19 sigue extendiéndose por todo el mundo, con más de 1.290.000 casos confirmados en todo el mundo y casi 70.000 muertes por la enfermedad. Más de 265.000 personas ya recuperaron.