Sacado de una película de ciencia ficción, la moderna Arca de Noé... son muchas las asociaciones y comparaciones que suscita el llamativo búnker del que dispone Israel. Ahora, debido a la amenaza que supone el nuevo coronavirus, este centro ha sido activado.
Este refugio sorprende por el relativamente bajo nivel de secretismo que lo rodea, en comparación con otras estructuras similares: se sabe que está situado en las montañas de Jerusalén, y más concretamente, cerca del Parlamento de Israel, el Ministerio de Asuntos Exteriores y otros órganos del Gobierno para que cientos de miembros del personal gubernamental puedan parapetarse rápidamente en caso de urgencia.
Por otro lado, la estructura del edificio deja algunos detalles a la vista: se puede observar un gran complejo sin ventanas y de aspecto futurista que incluye varias entradas para vehículos, pero lo que queda bajo tierra es más difícil de suponer, dado que al fin y al cabo es una infraestructura gubernamental que necesita mantener la discreción.
Definitivamente parece que ha llegado la hora de tomar decisiones drásticas ante la pandemia de coronavirus, por lo que Israel ha puesto en marcha todo este enorme mecanismo para prevenir males mayores:
"Este [búnker] es una herramienta más para gestionar, controlar, supervisar y rastrear el coronavirus. Entendemos que esta crisis nos acompañará todavía por un largo período de tiempo", declaró un oficial que ha querido mantenerse en el anonimato.
Esta medida se entiende mejor teniendo en cuenta que el propio Benjamín Netanyahu, el primer ministro israelí, se encuentra actualmente en cuarentena tras descubrirse que una de sus asistentes está contagiada de coronavirus. En Israel ya son más de 4.800 los diagnósticos positivos de COVID-19, mientras que al menos 17 personas han fallecido debido a la enfermedad.