"La adhesión de Skopie a la Alianza no lleva en sí ningún valor añadido para la seguridad europea, regional ni nacional. Tal paso no contribuye de ningún modo a aunar los esfuerzos en la lucha contra las amenazas y los retos comunes, incluida la pandemia del coronavirus, y solo provocará el surgimiento de nuevas línea divisorias", señaló en un comentario.
"A la población local le prometen el crecimiento económico y el aumento del atractivo inversionista, así como el fortalecimiento del Estado de derecho. Pero para conseguirlo es absolutamente innecesario ingresar en un bloque militar-político, que ya ahora exige de Skopie aumentar los gastos en la defensa y la adquisición de armas y material de guerra occidentales, en primer lugar de EEUU", subrayó el ministerio de Exteriores ruso.
Además recordó que espera de Skopie la confirmación de que asume los compromisos derivados de los documentos que la Alianza Atlántica firmó con Rusia, en particular atinentes a la Acta Fundacional Rusia-OTAN y a la Declaración de Roma de 2002 (sobre estrategia antiterrorista).
La proclamación solemne del ingreso de Macedonia del Norte en la OTAN (27 de marzo) casi ha coincidido con el aniversario del comienzo de los bombardeos de Yugoslavia por la Alianza Atlántica, agregó la Cancillería rusa.
Los ataques de la Alianza Atlántica continuaron del 24 de marzo al 10 de junio de 1999.
El número exacto de las víctimas se ignora, las autoridades serbias estiman que murieron unas 2.500 personas, incluidos 89 niños, y quedaron heridas otras 12.500 personas.
El daño material se calcula en un monto de 30.000 a 100.000 millones de dólares, según diversas evaluaciones.