El medio no precisó el itinerario que sigue el barco, propiedad de la compañía Carnival Corp., que se convirtió en una cárcel flotante para sus 2.666 pasajeros y más de 1.000 tripulantes por el coronavirus.
El crucero fue bloqueado frente a las costas de Yokohama después de que se desvelara que un pasajero que se bajó en Hong Kong tenía el virus.
Más de 700 pasajeros y tripulantes del Diamond Princess se contagiaron.
Este 25 de marzo se terminó de desinfectar la embarcación y las autoridades japonesas otorgaron el permiso de zarpar.