"El Estado sólo escucha la voz de un pueblo movilizado, tenemos que estar en estado de movilización permanente", señaló Puigdemont ante sus simpatizantes.
En su discurso, Puigdemont dijo ser consciente de que la independencia de Cataluña "no es un objetivo fácil" y por ello defendió la necesidad de que los simpatizantes de la causa estén "alzados" y tengan un "compromiso de lucha inquebrantable".
"El objetivo de la independencia es un anhelo mayoritario y la única garantía de poner fin a un régimen democrático heredero del franquismo", añadió.
Estas palabras fueron pronunciadas durante un acto convocado por el Consejo de la República, una especie de órgano simbólico paralelo al Gobierno catalán encabezado por Puigdemont huido de España, cuyo objetivo es "hacer valer el ejercicio a la autodeterminación".
Según datos de los organizadores, unas 150.000 personas asistieron al mitin, al que los sectores independentistas dieron una gran importancia ya que, a su modo de ver, el acto supone la vuelta de Carles Puigdemont a territorio catalán tras su marcha a Bélgica en otoño de 2017.
La caravana de vehículos que se desplazó hasta Perpiñán desde Cataluña provocó problemas en la frontera con Francia y en los accesos a la ciudad.
De hecho, el inicio del acto se retrasó durante una hora para permitir la llegada de la gente que cruzaba la frontera y, pese a ello, organizaciones civiles del independentismo informaron de que decenas de autobuses no pudieron llegar al mitin por culpa de los controles fronterizos.
"Hace más dos años que comenzó nuestro exilio. Hoy, volver a estar en Cataluña, es una victoria", dijo Clara Ponsatí.
En un sentido similar se expresó Toni Comín, que se mostró muy emocionado por volver a ver la "el mar y la luz de Cataluña".
Antes del mitin ofrecido por la tarde, Puigdemont fue recibido junto al actual presidente de Cataluña, Quim Torra, por el alcalde de Perpiñán, Jean-Marc Pujol.