La última tanda de deportaciones masiva ocurrió entre el 28 de enero y el 3 de febrero de 2020, en tres viajes hechos a bordo de un avión de la Policía Federal. Desde el aeropuerto de Tapachula salieron 247 personas que habían estado detenidas durante meses en la Estación Migratoria Siglo XXI de esa misma ciudad chiapaneca.
Metelus indicó que otros 330 haitianos fueron deportados entre abril y agosto de 2019, lo que sumados a los recientes, da el total de 577 personas en 10 meses.
Expulsados de Tapachula
La presencia de haitianos y una gran variedad de migrantes extracontinentales (africanos y asiáticos) se hizo notoria en el sur de México cuando acamparon fuera de la Estación Migratoria el 1 de marzo de 2019.
Estas protestas e intentos de organización de los haitianos fueron reprimidos por la Guardia Nacional militarizada que fue desplegada para contener físicamente su salida de de Tapachula. Obligados a permanecer en una ciudad fronteriza —y por tanto cosmopolita aunque pequeña—, los haitianos, según denunció Metelus, empezaron a ser duramente criminalizados por el presidente municipal de Tapachula, Óscar Gurría, quien promovió (el 30 de noviembre de 2019) el desalojo de los migrantes que se encontraban en el parque central de Tapachula argumentando que el sitio es "para mexicanos".
Empobrecidos y sumidos en una crisis que ya cumplió una década (desde el terremoto que devastó la isla el 12 de enero de 2010 y mató más de 300.000 personas) los haitianos que tienen ya casi un año en México, han sido deportados por haber sido discriminados, indicó Metelus.
"El Gobierno mexicano sí acordó con los africanos que vivían fuera de la Estación Siglo XXI y les entregó visas para salir de Tapachula. Luego muchos de ellos pagaron dinero a los agentes de migración para poder llegar a la frontera norte, pero sabemos de las condiciones infrahumanas en que los africanos están ahora en Ciudad Juárez, Tijuana y Matamoros (ciudades fronterizas de México con Estados Unidos)", dijo Metelus.
A los haitianos que estaban en la misma situación, se los deportó.
"Así, el Gobierno mexicano logró quitarlos de la visibilidad que tenían en la puerta de la Estación Migratoria Siglo XXI y argumentar así que se había acabado la crisis", agregó.
Volver a la nada
"La situación está muy difícil para los que están en la frontera sur y en Tapachula porque no tienen identificación y con las deportaciones que se están haciendo ahorita, tienen miedo de salir a la calle, por lo que permanecen encerrados en cuartitos en condiciones infrahumanas", graficó Metelus sobre la crítica situación de sus compatriotas en el sur mexicano.
Metelus señaló que quienes fueron deportadas a Haití llevan casi una década fuera del país. Así lo relataron igualmente a Sputnik, que entrevistó en abril a quienes acampaban fuera de la Estación Siglo XXI esperando un "salvoconducto" (un oficio de salida) que les permitiera seguir camino hacia Estados Unidos.
Como casi todos venían desde Sudamérica, además del francés o creóle, la mayoría de los haitianos que llegaron a México también hablan español o portugués. Luego de haber permanecido en Brasil, Ecuador o en Chile durante algún tiempo, los sacudones políticos y económicos del sur de América los habían impulsado nuevamente a caminar hacia el norte.
Mientras los africanos habían esperado en Panamá por visas, que no recibieron, sino que fueron trasladados a la frontera con Costa Rica, como relató a Sputnik un pakistaní que deseaba pedir asilo político en Estados Unidos debido a la persecución de su rama religiosa, los haitianos siguieron camino, pagando por viajar en las rutas clandestinas.
"Los haitianos que están llegando a la frontera sur de México tienen casi 10 años que salieron de Haití. Ahora, vendieron todas sus cosas para llegar a la frontera norte", sostuvo Metelus.
Del resto de Sudamérica —respondió Metelus a Sputnik— ni Brasil, Ecuador o Bolivia, a pesar del giro racista y conservador de sus últimos movimientos políticos, han deportado haitianos como México o Chile.
"Es una injusticia y un crimen deportar haitianos a un país en el que el 80% de su presupuesto depende de la comunidad internacional. Luego de haber padecido enfermedad y maltrato en las estaciones migratorias, el Gobierno mexicano los envía sin recursos económicos a un país que tampoco tiene capacidad real de ayudar a estos connacionales que regresan. Haití es el país con la peor crisis económica de la región", sentenció.