Fuera de China continental se han confirmado al menos 260 casos de coronavirus, dos de ellos fatales, uno en Hong Kong y otro en Filipinas. El mundo sigue el minuto a minuto de esta crisis sanitaria que trae recuerdos de la vivida en 2003, también con epicentro en el gigante asiático.
"Una de las partes que se criticó a China en 2003 fue la falta de transparencia, que contribuyó a que la epidemia fuera más intensa (...) esa vez ni esa nación ni los países del sudeste asiático estaban prevenidos", dijo a Sputnik la magíster en Historia Dircea Arroyo, profesora en la Universidad Anáhuac de México.
"Eso es algo que ha cambiado para bien en el Gobierno chino y es que se identificó muy rápido, y que los países de sus alrededores también actuaron" del mismo modo, apuntó la entrevistada.
Arroyo consideró que en un primer momento, luego de que se conociera el primer caso el 30 de diciembre, "el Gobierno de Xi Jinping lo tuvo muy callado pero después actuó de manera impresionantemente rápida", y tanto la Organización Mundial de la Salud como la Casa Blanca lo "felicitaron".
En este sentido, la académica remarcó que "el Partido Comunista ha desviado críticas" internas en China por esta nueva crisis sanitaria evitando que "lleguen a Xi" y dirigiéndolas "a los líderes" de Wuhan. "Se han visto videos de habitante de molestos por la forma en que se manejó la situación por parte de las autoridades locales", completó.
Por otro lado, la experta en temas asiáticos descartó que se concreten las aspiraciones expresadas por funcionarios del Gobierno de EEUU acerca de que el impacto del coronavirus permitirá recuperar empleos.
Así lo dijo el secretario de Comercio, Wilbur Ross, al señalar que la parálisis productiva que vive el gigante asiático "determinará" que muchas empresas norteamericanas se instalen nuevamente en ese territorio.
"Los costos que provee la industria china no los puede soportar el mercado de EEUU", aseguró Arroyo.