La localidad almeriense de El Ejido, en el sur de España, posee unos 85.000 habitantes, según el Instituto de Estadística y Cartografía Andaluz. El 29% es población extranjera. Hay entre 85 y 90 nacionalidades, según el Ayuntamiento, aunque la mayoritaria es la marroquí, que supone alrededor del 30%. Esta composición ha propiciado diversos choques vecinales. El más famoso fue el acontecido en el año 2000. Se cumplen dos décadas de aquel 6 de febrero en que el pueblo estalló.
"¡Moro a la calle!" o "¡Fuera!" eran algunos de los gritos que empleaban mientras asediaban comercios y casas. Ese arranque de venganza popular provocó que la policía y Guardia Civil movilizara a 600 efectivos, que apaciguaron la violencia.
Ahora, 20 años después, la situación de El Ejido es demográfica y laboralmente parecida, aunque se convive de forma pacífica. Los invernaderos, que ocupan 12.520 hectáreas, siguen siendo la principal industria y el motor fundamental de la economía (y se calcula que un 80% de los empleados son extranjeros). El paro, no obstante, se situaba en el 11,03% a finales de 2019. El equipo de gobierno, con mayoría del Partido Popular, incluyó el pasado mes de mayo, en las últimas elecciones, al grupo de ultraderecha Vox. Ahora comparten consistorio en amplia mayoría (uno con nueve escaños y otro con siete; 16 de un total de 26). Desde las oficinas de prensa sostienen que la convivencia es buena y que hay muchos programas de acogida para paliar la xenofobia. "Es un pueblo con alta presión migratoria, pero hay muchas iniciativas en materia de integración", conceden. Esta fecha fatídica, sin embargo, intenta ser olvidada. Desde el Ayuntamiento no hacen ninguna mención.
"Todos los años se recuerda y nosotros no hemos hecho ni vamos a hacer nada. No queremos recordar ese episodio", sostiene en consistorio.
Uno de los testigos de aquella jornada sí que ha querido prestar su memoria en una entrevista del diario español Público.