La decisión se publicó mediante un comunicado y se adoptó en represalia por las medidas que adoptaron los palestinos en septiembre pasado prohibiendo la importación de terneras y otras carnes de Israel.
Esta prohibición causó importantes pérdidas al sector cárnico israelí, y pese a la insistencia y las amenazas del gobierno hebreo, los palestinos no han revertido la prohibición.
Antes de la prohibición de la carne israelí, los palestinos consumían el 90% de la carne con origen en ese país.
En septiembre el primer ministro Mohammad Shtayeh explicó que la prohibición obedecía a un deseo de diversificar el comercio de carne, que hasta entonces controlaba Israel casi exclusivamente.
Un portavoz del Gobierno palestino, Ibrahim Mulhim, respondió el 31 de enero que el ejecutivo estudiará en los próximos días el paso que ha dado Israel y "adoptará las medidas apropiadas".