Los especialistas creen que por eso hace falta ahora idear maneras de controlar dicha corrosión y arreglar los datos. En Rusia ya están creando el equipo necesario para probarlo en la EEI.
Sputnik habló con el investigador del Instituto de Investigaciones Espaciales de la Academia de Ciencias de Rusia, Natán Eismont, para saber más sobre el origen de la amenaza.
"Los microorganismos no se detectaron ayer. Se sabe que están allí desde hace tiempo, pero la pregunta es cuál es su naturaleza y si peligrosos. No obstante puedo asegurar que la despresurización de la EEI es muy poco probable por ahora", comentó Eismont.
Lo que sí ejerce un impacto importante sobre la estación y sobre su tripulación es la radiación. Lo único que les salva de la destrucción es el campo magnético de la Tierra. Si estuviera orbitando Marte, por ejemplo, el viaje sería inmensamente más peligroso para la gente a bordo y para los aparatos, afirma el científico. Motivo por el que la EEI vuela a esa altura y no más arriba.
Otro efecto nocivo de la radiación tiene que ver con los paneles solares de los aparatos espaciales, puesto que su efectividad se ve drásticamente reducida en estas condiciones. De hecho, incluso pueden darse casos en los que los paneles solares dejan de funcionar temporalmente. A lo largo de los años ha hecho falta reemplazar estas partes esenciales debido a que se van desgastando por la radiación.