El director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que los líderes mundiales no invierten lo suficiente en las necesidades sanitarias, algo que pone en riesgo la salud de los humanos. En vez de esto, "invierten mucho en proteger a su gente de los ataques terroristas", mientras que un virus "podría ser mucho más mortal y mucho más dañino económica y socialmente".
"Tenemos que darnos cuenta de que la salud es una inversión a futuro", agregó.
La organización señaló que para la comunidad internacional es necesario poner la salud en medio del debate climático, ya que la crisis climática también es una crisis de salud: la contaminación del aire y el calentamiento global matan a alrededor de 7 millones de personas al año y contribuyen a las enfermedades cardiovasculares y respiratorias.
Los habitantes de los países con conflictos prolongados también deben tener derecho a la asistencia médica. La OMS señaló que los trabajadores y las instalaciones médicas en las zonas de conflicto siguen siendo el objetivo de ataques. De hecho, en 2019 se registraron 978 atentados contra las instalaciones médicas que se saldaron con la vida de 193 personas. Sin embargo, lo más importante es encontrar una solución para poner fin a los conflictos.
La brecha entre ricos y pobres y, por consiguiente, en la calidad de la salud de las personas, es otro desafío a que se enfrenta el sistema de salud. "La OMS trabaja para mejorar la atención infantil y materna, la nutrición, la igualdad de género, la salud mental y el acceso a agua y saneamiento adecuados", reza el documento.
Asimismo, más del 30% de las personas del planeta carecen de acceso a medicamentos, además de vacunas u otros productos y herramientas esenciales, algo que pone en peligro sus vidas y hasta puede aumentar la resistencia a los antibióticos, capaz de "enviar a la medicina moderna décadas atrás, cuando no se habían descubierto".
Las enfermedades infecciosas, como el VIH, la hepatitis o la tuberculosis, podrían matar a hasta 4 millones de personas —en su mayoría pobres— durante esta década.
"Las causas fundamentales de esta problemática son los niveles insuficientes de financiamiento y la debilidad de los sistemas de salud en los países endémicos", subrayó la OMS.
Además, nos puede esperar una pandemia inevitable, ya que los líderes mundiales gastan más en responder a brotes de enfermedades y otras emergencias en vez de intentar prevenirlas.
"No se trata de si otra pandemia atacará, sino cuándo y cuánto atacará, ya que se extenderá rápidamente y potencialmente amenazará a millones de vidas", advierte la organización.
La falta de alimentos saludables es otro desafío, según la OMS. El hecho es que las dietas poco saludables con alto contenido de azúcar, grasas saturadas y sal, son responsables de casi un 30% de las enfermedades. "La escasez de alimentos se explota perniciosamente como arma de guerra", advierte el organismo.
La protección de los adolescentes también es un problema urgente para la comunidad internacional. La OMS advirtió que más de un millón de jóvenes de entre 10 y 19 años mueren cada año. Entre las principales causas figuran las lesiones por accidentes de tránsito, el VIH, los suicidios, las infecciones y la violencia.
Los servicios de salud —comprometidos por "la difusión incontrolada de información errónea en las redes sociales, así como por la erosión de la confianza en las instituciones públicas"— necesitan ganarse la confianza pública para que las personas tengan acceso a servicios efectivos y asequibles en sus propias comunidades.
El uso positivo y la mejor comprensión de las nuevas tecnologías —como la edición del genoma o la biología sintética— también podría ayudar a mejorar el sistema de salud mundial.
"Sin una comprensión más profunda de sus implicaciones éticas y sociales, estas nuevas tecnologías, que incluyen la capacidad de crear nuevos organismos, podrían dañar a las personas a las que deben ayudar", explicó la OMS.
El organismo también advirtió que alrededor del 25% de los establecimientos de salud carece de servicios básicos de agua, lo que aumenta la probabilidad de infección.
"Todo esto sucede en un contexto de miles de millones de personas en todo el mundo que viven en comunidades sin agua potable o servicios de saneamiento adecuados", aseguró la OMS.