El monarca destacó los "valores" que millones de españoles comparten "gracias a la Constitución", destacando "el deseo de concordia que, gracias a la responsabilidad, la generosidad, al diálogo y al respeto entre personas de ideologías muy diferentes, derribó muros de intolerancia, de rencor y de incomprensión que habían marcado muchos episodios de la historia".
Además, hizo especial referencia a "las consecuencias para la propia cohesión social de España" y mencionó desde "la revolución tecnológica, el deterioro de la confianza de muchos ciudadanos en las instituciones, y desde luego Cataluña", que son "serias preocupaciones que tiene en España".
Felipe VI destacó también un mensaje de "confianza firme en España" y en "la fortaleza de su sociedad", en tiempos que "no son fáciles".
"La nueva era tecnológica y digital, el rumbo de la Unión Europea, los movimientos migratorios, la desigualdad laboral entre hombres y mujeres o la manera de afrontar el cambio climático y la sostenibilidad, entre otras…, son cuestiones que están muy presentes y condicionan ya de manera inequívoca nuestras vidas", incidió el monarca.
Respecto a la situación política y al año de inestabilidad política por falta de Gobierno, Felipe VI se ajustó a su papel de Jefe del Estado y se limitó a decir que el candidato Pedro Sánchez deberá ser el encargado de formar el próximo Gobierno de España.
"Después de las elecciones celebradas el pasado 10 de noviembre, nos encontramos inmersos en el procedimiento constitucional previsto para que el Congreso de los Diputados otorgue o deniegue su confianza al candidato propuesto para la Presidencia del Gobierno", dijo en referencia a Sánchez.
Felipe VI terminó su tradicional discurso navideño haciendo un llamamiento a los españoles para avanzar "con ambición".
"Tenemos un gran potencial como país. Pensemos en grande. Avancemos con ambición. Todos juntos. Sabemos hacerlo y conocemos el camino", concluyó el monarca, antes de desear una feliz navidad y un feliz año nuevo.