Un granjero se dirigió al presidente para pedirle que contribuyera a que la cría de caracoles se reconociera como actividad agrícola.
El granjero señaló que, además de ser ricos en proteínas, los caracoles son un potente afrodisiaco —sustancia que estimula el deseo sexual—.
"Hombres, ¿lo han oído? ¡Todos a tomar caracoles! Y, a la vez, solucionamos el problema demográfico", bromeó Putin.
El mandatario apoyó la propuesta del granjero de incluir la cría de caracoles en la lista de actividades agrícolas. El ministro de Agricultura de Rusia, Dmitri Pátrushev, presente en la reunión, prometió solucionar este problema.