Desde su cuenta de Twitter, el jefe del Gobierno recordó que la normativa recibió un apoyo abrumador en las dos cámaras parlamentarias y fue avalada por numerosos partidos políticos.
Para Modi, la nueva ley "es una ilustración de la cultura de aceptación, armonía, compasión y hermandad centenaria de la India".
"Quiero asegurar inequívocamente a mis compatriotas que la CAA [por las siglas en inglés de Citizenship Amendment Act] no afecta a ningún ciudadano indio, de ninguna religión. Ningún indio tiene por qué preocuparse en absoluto con respecto a esta ley. Esta ley es solo para aquellos que han enfrentado años de persecución afuera y no tienen otro lugar a donde ir, excepto la India", subrayó.
Modi instó a trabajar juntos por el desarrollo de la India y el empoderamiento de todos los ciudadanos, ante todo los pobres y los marginados, e impedir que personas y grupos interesados provoquen división y disturbios.
"Es el momento de mantener la paz, la unidad y la hermandad. Es un llamamiento a todos para que se mantengan alejados de cualquier tipo de rumores y falsedades", insistió Modi, mientras en diversas partes del país —de Assam, donde los musulmanes representan un tercio de la población, a Nueva Delhi— se celebran marchas y manifestaciones de repudio a la nueva ley.
Las polémicas enmiendas simplifican el proceso de naturalización para representantes de las minorías "perseguidas" —budistas, sijes, hindúes, parsis y cristianos— de Pakistán, Afganistán y Bangladés.
También la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (Acnudh) manifestó su preocupación por las enmiendas, al señalar su "carácter fundamentalmente discriminatorio".