La idea surgió en la alcaldía de Bivona con el objetivo de desarrollar y embellecer el pueblo. Por ahora, hay seis casas que se pondrán a la venta a un euro y quienes las compren deberán comprometerse a remodelarlas en un plazo de tres años. Esto incluye pintar las viviendas y reparar las paredes agrietadas y filtraciones en los tejados.
En cuanto a los requisitos, cualquier extranjero puede comprar una propiedad ya que no es necesario contar con ciudadanía italiana. Solamente deben tener el dinero para cubrir los costos de restauración —de entre 500 y 5.000 euros— y los trámites de compra de la casa.
"Antes de comprar la propiedad las personas tienen que llenar un formulario, enviado por la alcaldía de Bivona. Luego se les empiezan a otorgar puntos a cada uno, y en base a eso, se asignan las casas. Los mejores puntuados serán, por ejemplo, los que quieran empezar actividades comerciales o instalar viviendas sostenibles, con su propia energía", agregó.
Pero lo más importante es tener ganas de empezar una vida en Bivona —un pueblito medieval que ofrece una vida tranquila y segura— y no comprar el inmueble para luego venderlo.
"Lo que queremos es habitar Bivona, que las personas vengan a vivir, a ponerle amor a sus calles, a crear más empleo. Es un pueblo tranquilo, donde se come bien, es barato y saludable, cada uno tiene asignado su propio doctor. La gente vive muchos años porque la calidad de vida es muy alta", afirmó Farías.
Otras comunas italianas que han empezado a promover este tipo de iniciativas son Sambuca, Mussomeli y Salemi (también en Sicilia), Borgomezzavalle y Carrega Ligure (en Piamonte), Fabbriche di Vergemoli y Montieri (en Toscana) y Patrica (en Lazio).