La actividad empresarial de Japón se debilitó debido a la elevada presión fiscal y al impacto de las guerras comerciales.
En octubre la producción industrial se había desplomado en un 7,4% más rápido en comparación con el mismo período de 2018. La desaceleración fue la más baja de los últimos seis años y medio, según el Ministerio de Economía, Comercio e Industria del país asiático.
Según el análisis de la agencia IHS Markit, la actividad empresarial en el sector manufacturero japonés se ha debilitado notablemente desde principios de 2019. Desde enero hasta noviembre, el índice PMI que refleja el estado real de una industria cayó de 52,6 puntos a 48,6 puntos.
Durante el último año el Gobierno japonés no ha logrado proporcionar a las empresas las condiciones para aumentar la inversión en producción y como resultado, el sector industrial comenzó a estancarse, dijo Alexéi Maslov, director de la Escuela de Estudios Orientales de la Escuela Superior de Economía de la Universidad Nacional de Investigación al medio ruso RT.
"A pesar de que se fijaron tasas de interés negativas para muchos depósitos [es decir, cuanto más tiempo esté el dinero en las cuentas de las empresas, más disminuye la cantidad], igual esto no ayudó a estimular a las empresas a invertir", dijo Maslov.
El jefe del departamento analítico de AMarkets, Artiom Déyev, observó que la renuencia de las empresas a invertir activamente en la producción se debe en gran medida al aumento de la presión fiscal sobre las empresas y a la debilidad de la demanda de los consumidores.
Según los expertos, la situación actual de Japón está relacionada con la creciente competencia de China y los países del sudeste asiático causando que la demanda de los productos japoneses comenzara a disminuir en el extranjero.
Una señal de riesgo para los países de la región
Según Alexéi Maslov, el posible inicio de la recesión en Japón y el descenso de la industria debilitarán la influencia económica del país en Asia, esto podría causar que muchos países de la región empiecen a negarse a cooperar con Tokio.
Mientras la situación general en la región se complica por la desaceleración simultánea de la economía china, las previsiones del FMI pronostican que en 2020 la tasa de crecimiento del PIB chino por primera vez en 30 años podría caer por debajo del 6%.
"Países como Vietnam, Corea del Sur, Japón y China se han convertido en rehenes de las tensiones geopolíticas. Como consecuencia, la actividad empresarial está disminuyendo en todos estos países. El riesgo de recesión en varias economías regionales acaba de aparecer en el horizonte, y los gobiernos ya están tomando medidas para estimular sus economías, no obstante las perspectivas de Asia para el próximo año siguen siendo extremadamente inciertas", concluyó el analista.