Luis Angel Belota, investigador del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública, señaló a Sputnik que el líder de la izquierda nacionalista enfrenta el reto de "lograr que el fortalecimiento de la política exterior se sintonice con el ambicioso proceso de transformaciones internas, que se ha propuesto la llamada Cuarta Transformación".
"La mejor política exterior es la buena política interior", sostuvo en su campaña el gobernante.
López Obrador ganó los comicios de julio de 2018 tras dos intentos fallidos, y desde que asumió el cargo el 1 de diciembre, siempre ha dejado en claro que la política exterior no sería uno de sus fuertes.
Durante un año se ha negado a realizar giras internacionales y no está previsto que lo haga, dejando en manos del canciller Marcelo Ebrard su representación, incluso en las cumbres presidenciales regionales.
"En contraposición a las noticias que hablan de violencia, corrupción e impunidad, la promoción internacional de nuestros valores (...) deben ayudar a morigerar la formación de corrientes adversas de opinión sobre México" en el extranjero, señaló el experto
Belota considera que el Gobierno debería imitar a países con economías emergentes, como Sudáfrica o Brasil, que pese a sus problemas internos proyectan una imagen de profundo potencial cultural y económico hacia el mundo.
Strategia a prueba
Esa tarea no será fácil, y el jefe de Estado mexicano ha enfrentado recientes desafíos importantes en sus relaciones con EEUU y con el vecindario latinoamericano.
"Cooperación sí, intervencionismo no", proclamó López Obrador, quien insiste en que tiene una "buena relación personal" con el jefe de la Casa Blanca.
El anuncio de Trump se produjo luego de que una familia mexicano-estadounidense le pidiera declarar a los cárteles como terroristas, después que tres mujeres y seis niños de ese clan fueron asesinados en un ataque en las montañas de Sonora, cercanas a la frontera con el vecino del norte.
"Desde hace algunos meses los estadounidenses no están contentos con la política de López Obrador en materia del narcotráfico", señaló el excanciller Jorge Castañeda, en reciente entrevista con la radio nacional Imagen.
Pero en junio pasado, México aceptó firmar un acuerdo bilateral, comprometiéndose a desplegar 25.000 guardias nacionales en sus fronteras, ante la amenaza de Trump de imponer aranceles a los productos mexicanos importados, si no frenaba el flujo de decenas de miles de indocumentados centroamericanos.
México también se convirtió por primera vez en la historia en el mayor socio comercial de EEUU superando a China, con exportaciones que superaron los 209.711 millones de dólares solo en los primeros siete meses de 2019.
Pero la suerte mexicana depende del Tratado México, EEUU, Canadá (T-MEC), de libre comercio, que aún debe ser ratificado en el congreso estadounidense.
Israel Montes, responsable de acuerdos internacionales del Instituto de la Industria Maquiladora Exportadora (Index), dijo a Sputnik que "toda la incertidumbre se produce por el temor de que el presidente de EEUU, lo puede denunciar y salirse" del tratado.
El T-MEC "nos puede dar uno o dos puntos porcentuales de crecimiento económico de entrada, con solo dejar que la inercia trabaje", afirma el especialista.
El otro punto candente fue el asilo concedido al depuesto presidente boliviano Evo Morales, que contrasta con un medido protagonismo que López Obrador ha mantenido hacia otras crisis regionales, en particular hacia Venezuela.
El presidente venezolano Nicolás Maduro le pidió hace dos semanas que asumiera el liderazgo de un "frente progresista" de izquierda regional, junto con el mandatario electo argentino Alberto Fernández.
López Obrador respondió: "cada quien tiene que actuar de acuerdo a sus circunstancias, no podemos dar la espalda a Centroamérica, el Caribe, Sudamérica, pero al mismo tiempo, nosotros tenemos una relación económica también de cooperación y respeto mutuo con EEUU".
El mandatario cumple el 1 de diciembre un año en el cargo.