Las primeras señales de que se avecinaba un evento a gran escala aparecieron el 11 de noviembre con imágenes satelitales que mostraban una gran cantidad de aeronaves militares en el aeropuerto internacional de Wonsan-Kalma. Entre ellas figuraban cuatro cazas MiG-17, seis MiG-29, seis bombarderos Il-28, seis MiG-15 y más de una docena de aviones de ataque Su-25.
Dos días más tarde, a ellos se unieron otros cazas, en su mayoría MiG-15. También varios helicópteros de distintos modelos, avionetas de transporte ligero y lo que parecían ser cazas MiG-21.
Al final del evento voló el avión presidencial de Kim Jong-un, un Il-62 de fabricación soviética, acompañado por seis cazas MiG-29 —los más avanzados de la Fuerza Aérea de Corea del Norte—. Se desconoce el número exacto de aviones de combate que el país asiático tiene a su disposición, pero se estima que unas 35 unidades fueron adquiridas en la década de 1990.
Este tipo de maniobras se llevaba a cabo con regularidad hasta el año 2016, informa el medio The Drive. Con la intensificación de las sanciones internacionales se redujo la cantidad de combustible a disposición de los militares norcoreanos, motivo por el que probablemente se suspendieron las maniobras en 2017 y 2018.
Es posible que la antigüedad de la flota de aviones militares y su dependencia de los suministros de combustible extranjero haga que los altos cargos de Corea del Norte apuesten fuerte por el armamento nuclear, concluye el autor del artículo, Tyler Rogoway.