Los científicos analizaron los datos de 11 astronautas que habían permanecido durante más de 50 días en la Estación Espacial Internacional, y llegaron a la conclusión de que seis de ellos tenían el flujo sanguíneo estancado o hasta invertido en la vena yugular interna, a donde llega la sangre del cerebro, de la cara y del cuello. Además, uno de los tripulantes desarrolló una trombosis en dicha vena.
Los autores del estudio están convencidos de que se necesitan más experimentos de este tipo para determinar los posibles riesgos para las misiones espaciales de larga duración, en particular, el futuro viaje a Marte. Los científicos advirtieron que la "exposición al ambiente de ingravidez" puede tener "consecuencias todavía desconocidas para el flujo de sangre en la vena cerebral" y hasta ser fatal en algunos casos.
"Fue un hallazgo inesperado. No esperábamos encontrarnos ni estasis, ni flujo inverso. Eso es muy anormal. En la Tierra, sospecharíamos inmediatamente de un bloqueo masivo, de un tumor o de algo así", explicó uno de los autores del estudio, Michael Stenger.
Los científicos estadounidenses calificaron de "preocupante" el número de astronautas que desarrollaron algún tipo de anomalía en el flujo sanguíneo durante su estancia en la EEI.
Los resultados del estudio han sido publicados en el portal especializado JAMA.