Según el medio, la Embajada turca en Estados Unidos recurrió en 2017 a la compañía Saltzman & Evinch PLLC para recolectar en fuentes abiertas la información sobre Gulen y su organización FETO, considerada terrorista por Ankara.
La empresa se negó a comentar esos datos, escondiéndose en el privilegio abogado-cliente.
Ankara lleva años solicitando la extradición de Gulen de EEUU, pero las autoridades estadounidenses consideran insuficientes las pruebas de su implicación en la intentona golpista de 2016, acusación que el propio clérigo también rechaza.