Según las fuentes de la agencia AFP, la mayoría de los bancos franceses, así como el Deutsche Bank alemán están involucrados en el desarrollo del sistema. Sin embargo, ningún banco europeo ha confirmado oficialmente su participación en el proyecto.
Según Retail Banking Research, los estadounidenses lideran el mundo de las tarjetas de pago con 2.200 millones de Visa y 1.900 millones de MasterCard. También existen Diners Club (107 millones de tarjetas) y American Express (70 millones de tarjetas), ambos también de EEUU.
Aunque en Europa siempre han existido sistemas locales, nacionales, en los últimos años han perdido terreno. "En Europa, cada 9 de cada 10 euros de pagos con tarjeta se realizan con Visa o MasterCard", dijo al diario ruso Vzglyad, Ivan Kapustianski, asesor financiero y experto en inversiones personales.
"Sin embargo, el sistema de pago chino cubre principalmente a los países asiáticos que absorben tal volumen de tarjetas debido a la extremadamente alta cantidad y densidad de la población en la región. Al mismo tiempo, los estadounidenses reinan en Europa", señala Mark Goichmann, jefe del grupo de analistas CAFT.
Y no solo China tiene sus propios sistemas de pago. Después de la introducción de las sanciones occidentales Rusia ha creado su tarjeta Mir aceptada en siete países, incluida Turquía.
"El ejemplo del sistema de pago ruso Mir mostró que el rechazo de los sistemas internacionales no solo es posible, sino también razonable desde el punto de vista de la seguridad, así como una forma de reducir el impacto de la presión de las sanciones", explica Serguéi Alpatov, director comercial de la compañía Chronopay.
Los analistas rusos suponen que Bruselas está pensando en su soberanía, la independencia de Europa de los sistemas de pago estadounidenses y, en el futuro, chinos.
Y no solamente es una cuestión de finanzas.
"Además del hecho de que las empresas estadounidenses controlan el mercado de pagos sin efectivo en la UE, también tienen información sobre los datos personales de los ciudadanos de la UE, lo que también conlleva ciertos riesgos, especialmente en el contexto de guerras comerciales", concluye Kapustianski.