Los 14 aviones de la Fuerza Aérea serbia imitaban un ataque sobre las posiciones donde se ubicaban los sistemas de defensa antiaérea. Sin embargo, todos ellos fueron eliminados con 26 misiles lanzados para ello. Además de los S-400, también participaron en la maniobra los sistemas Pantsir-S.
Belgrado ya adquirió los sistemas de defensa antiaérea de alcance medio Pantsir-S. Por su parte, los S-400 fueron la manzana de la discordia en las relaciones entre EEUU y Turquía, país que también adquirió dicho sistema y que, como consecuencia, sufrió las sanciones del país norteamericano.
Dichas sanciones golpearon duramente, sobre todo, el programa de desarrollo del caza de quinta generación F-35, en cuya fabricación participaba Turquía. El país también iba a comprarlo. Sin embargo, como respuesta a su cooperación militar con Rusia, Washington renunció a vender estos cazas a Ankara.