Entre el 24 y el 29 de octubre de 1929 Wall Street se vino abajo y arrastró consigo al mercado bursátil global. En esos días el pánico hizo colapsar las economías y terminó hundiendo en la miseria y la desesperación a millones de personas.
Pero el modelo de Estado de Bienestar era contrario al concepto del mercado como regulador y por tanto resistido por las corrientes liberales. En los años 90, al terminar la Guerra Fría y desaparecer la Unión Soviética, resurgió con fuerza el neoliberalismo, que acabó desregulando al mundo financiero y sepultando al Estado de Bienestar.
Desde entonces se han sucedido las crisis financieras alrededor del mundo. Una de las más recordadas fue la de 1994 originada en México, bautizada como Efecto Tequila. Después vinieron otras con el cambio de siglo, hasta que en 2008 estalló la gran burbuja inmobiliaria en EEUU, y una vez más Wall Street hizo temblar al mundo.
"En el 29 había un acomodamiento de las potencias mundiales, había empezado la decadencia de Inglaterra y por eso Hitler pudo de alguna manera disputarle Europa a Francia, Inglaterra. Al mismo tiempo EEUU empezaba a subir", apuntó el economista argentino Juan Valerdi.
"Ahora tenemos probablemente una crisis en ciernes desde 2008 porque empieza la decadencia clara de EEUU como potencia mundial, entonces no es tan diferente lo que está ocurriendo ahora", completó Valerdi.
Por su parte, el economista español Adrián Zelaya afirmó que tanto la Gran Depresión que siguió al crack del 29, como la crisis iniciada en 2008, "estallaron por causas directamente relacionadas con el sector financiero, con la especulación, sobreendeudamiento, etc".
El experto europeo mencionó el contexto geopolítico: "Si nos ponemos en la circunstancias de aquella época, encontramos una gran élite formada por las corporaciones occidentales" que enfrentaban a una situación de "crisis estructural" y "una amenaza del movimiento obrero con dos vertientes": una dada por el "surgimiento y consolidación de la URSS" y otra "por los movimientos obreros internos que tenían una fuerza creciente" en los países occidentales.
En comparación con el contexto geopolítico actual, Zelaya advierte que también se está dando un cambio en el orden mundial, "con el peso creciente de emergentes como China y Rusia".
Paralelamente, se advierte "un descontento popular que se manifiesta de forma distinta que en el 29, pero que aparece en distintas vías a través de movimientos populistas de izquierda y derecha".
Valerdi coincidió en parte con este enfoque al sostener que EEUU sigue siendo "el eje económico del mundo, pero está declinando muy rápidamente sobre todo en lo que tiene que ver con el avance tecnológico de punta, donde China le está disputando por el tema del 5G".
No se trata de un tema menor, porque implica no sólo la cuestión de consumo sino también áreas estratégicas y de defensa. "La alianza entre China y Rusia puede en poco tiempo desbalancear a la primer potencia del mundo", concluyó.
Sobre la crisis que estalló en 2008 en EEUU y que contagió a todos los mercados, Zelaya opinó que "no se han solucionado los problemas de fondo que la provocaron. Lo que se ha hecho es alargarlos en el tiempo".
"Desde la perspectiva del sistema financiero en lugar de corregir el sobredimensionamiento se ha evitado que los bancos caigan, fundamentalmente a través de rescates de 2008 y 2011, y las políticas monetarias expansivas" que se vienen aplicando, explicó.
Para Valerdi, el costo y la deuda social que dejará la actual crisis financiera que no termina de tocar fondo "es mucho más elevada que lo que fue el Crack del 29".