Además, las unidades atacaron blancos con misiles no guiados. Los cazas disparaban contra el objetivo ejecutando una maniobra a muy baja altitud y fuera del alcance de los sistemas de defensa aérea. Los pilotos también ensayaron el despegue y el aterrizaje en parejas y se emplearon a fondo en complejas maniobras de pilotaje individuales y en grupos.