"Hay que aislar a estos grupos y no darles cabida dentro de las movilizaciones cívicas", dijo Buch en rueda de prensa.
El responsable del orden público en Cataluña compareció horas después de mantener una reunión de urgencia a primera hora de la mañana con el presidente del Gobierno catalán, Quim Torra, y el vicepresidente, Pere Aragonés, para abordar la situación tras los altercados.
Desde primera hora de la mañana, integrantes de Esquerra Republicana de Cataluña —uno de los dos partidos coaligados en el Gobierno catalán— criticaron tanto la actuación policial como los actos de violencia por parte de los manifestantes.
Sin embargo, desde Junts Per Catalunya —el otro partido integrado en el Gobierno, al que pertenece el presidente Torra— se mostró más tibio a la hora de criticar la actuación de los Mossos.
Buch compareció por la tarde para mostrar públicamente su apoyo al cuerpo policial.
En concreto, defendió las cargas de los agentes contra los manifestantes por la actitud "violenta" que algunos de estos adoptaron.
"La defensa de la libertad no necesita el lanzamiento de objetos contundentes contra los agentes”, afirmó.
En un plano político, Buch recordó que la sentencia del Tribunal Supremo contra los líderes indepndentistas "ha provocado una indignación generalizada", pero subrayó que ello no es óbice para que la Policía catalana deje de "hacer su trabajo para preservar el orden".
"Ni se pueden romper cordones policiales ni se pueden lanzar objetos: estos son actos de violencia que no representan al pueblo de Cataluña (…) La policía garantizará el derecho a la manifestación de los ciudadanos y ciudanías, pero también es su obligación es perseguir las actitudes incívicas y no pacíficas", añadió.
A lo largo de la noche del 15 de octubre se produjeron fuertes enfrentamientos entre las autoridades policiales y los manifestantes en las principales capitales del territorio catalán.
Por su parte, el Servicio de Emergencias de Cataluña comunicó que durante la jornada del 15 de octubre fueron atendidas 125 personas que presentaban heridas provocadas durante los altercados.
Sólo en Barcelona los activistas prendieron 157 hogueras en la vía pública, llenando la ciudad de fuego en una noche que ya fue bautizada por los Comités de Defensa de la República (CDR) como la "Rosa de foc" (rosa de fuego, en castellano).
Esa expresión hace referencia al mote que recibió la ciudad de Barcelona durante la Semana Trágica de 1909, en la que se produjo una oleada de protestas contra el Gobierno español que desembocó en una dura represión, produciéndose la muerte de más de 70 personas.