"La respuesta a la sentencia, reincidencia #Lo volveremos a hacer. Amnistía, Democracia y Autodeterminación", escribió en su cuenta de Twitter.
El resto de líderes condenados expresaron en la misma red social su intención de persistir en la búsqueda de sus objetivos políticos tras la decisión del Tribunal Supremo de sentenciarles además de por sedición, por malversación y desobediencia.
"Volveremos más fuertes, más convencidos y más firmes que nunca. Gracias a todos. Persistid, porque nosotros persistiremos siempre", escribió en Twitter desde prisión el exvicepresidente catalán, Oriol Junqueras, condenado a 13 años de cárcel por un delito de sedición agravado por malversación.
Por su parte, la expresidenta del Parlamento de Cataluña, Carme Forcadell (condenada a 12 años), afirmó que la sentencia es la "consumación" de una "injusticia".
"Hoy la democracia vive un día oscuro, pero ni en momentos así el derrotismo debe vencer", añadió.
La tónica general de los mensajes emitidos por los perfiles en redes sociales de las personas condenadas consistió en calificar la sentencia como un ataque a la democracia.
"Si hubieran juzgado los hechos, nos habrían absuelto. Como han juzgado las ideas, nos han condenado", dijo Josep Rull, exconsejero catalán de Territorio, condenado a 9 años.
En su mensaje, Rull dijo que la sentencia del Tribunal Supremo "condena a los 2,5 millones de catalanes" que votaron en el referéndum del 1 de octubre de 2017, al que se refirió como "uno de los ejercicios más extraordinarios de democracia que ha vivido Europa en el siglo XXI.
"Ninguna sentencia cambiará las aspiraciones políticas de millones de ciudadanos", añadió el exconsejero catalán de Asuntos Exteriores, Raül Romeva, condenado a 12 años de cárcel.
El que fuera presidente del Gobierno catalán durante la celebración del referéndum, Carles Puigdemont, también expresó su indignación con las condenas:"100 años de prisión en total. Una barbaridad", lamentó antes de añadir que "toca reaccionar como nunca".
Puigdemont no se sentó en el banquillo de los acusados junto a sus excompañeros de gabinete porque huyó al extranjero tras los sucesos de octubre de 2017 y, posteriormente, la justicia tanto de Bélgica como de Alemania descartaron enviarle a España, que pretendía juzgarle por un delito de rebelión, una tipificación penal que finalmente quedó descartada por el propio Tribunal Supremo.
Desde el plano institucional, el actual presidente del Parlamento de Cataluña, Roger Torrent, afirmó que el fallo "condena a todos" los independentistas y, en una línea similar a la de sus compañeros, hizo un llamamiento a "convertir la tristeza en energía" para que el independentismo siga buscando sus objetivos políticos.
El Gobierno de España reaccionó a la sentencia manifestando su respeto a las decisiones judiciales.