Entre las señales para esperar un recorte a la tasa de interés, previas a la decisión que se anunciará la tarde de este jueves y luego de la reducción acordada por la Junta de Gobierno de Banxico el 15 de agosto pasado, "destaca el predominio de una política monetaria que está coadyuvando al crecimiento y al consumo del mercado interno", dijo el experto, doctorado por el Colegio de México.
En efecto, en la primera semana de septiembre la inflación fue de 2,99 a tasa anual, mientras que la meta del banco central y la cartera federal de Hacienda, encargada de las finanzas públicas, es de 3,00% (+/- 1,00).
"La tasa de interés a la baja motiva el consumo e inhibe el ahorro, por lo tanto, en el laboratorio consideramos que se puede esperar un crecimiento económico en el tercer trimestre de 0,9%", pronostica el investigador del Lacen de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Otra variable que juega a favor de bajar las tasas es la anticipación del gasto público del año próximo, anunciada por el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, que mejoraría el clima económico, y serviría para contrarrestar el pesimismo por la contracción de 0,2% en el primer trimestre del año y el estancamiento en el segundo trimestre de 2019, que puso al país al borde de la recesión técnica de dos trimestres de caída del Producto Interno Bruto (PIB).
El especialista anticipa que la suma del ejercicio del gasto público anticipado (480.000 millones de pesos) más 1,7 billones de pesos, arroja un total de casi 2,2 billones de pesos "que van a estimular la actividad económica".
La segunda economía latinoamericana recibirá de esta forma "una inyección total que equivale a entre 60.000 y 70.000 millones de dólares, que provocará producción, ventas y empleos", pronostica el economista.
En términos fiscales, con esta actividad favorable concertada también se estarían beneficiando las arcas públicas en la recaudación de impuestos.
Escenario inédito
Esa convergencia "es algo nunca visto", incluso desde antes de la que existiera la autonomía del banco central y era controlado por el Gobierno de turno.
"Nunca se había registrado una política monetaria que estimulara el crecimiento económico, sin violar la autonomía de las autoridades monetarias", prosigue el experto.
Desde 1994 que llegó el banco autónomo en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte "nunca se había presentado una política económica y monetaria alineadas al crecimiento del país", enfatiza Martínez.
Los tres elementos que flotan en el ambiente son: primero, inflación baja, en el rango previsto por primera vez desde enero de 2017; y segundo, un tipo de cambio estable (19,5 pesos por dólar), que están estimulando a los consumidores en el mercado interno.
El tercero es "una inversión pública que estimula la circulación de mercancías, es lo que va a tomar en cuenta la Junta de Gobierno para votar su decisión y reducir las tasa de interés", apuesta el analista.
El factor externo que pesará en la decisión es que aumentó la fricción comercial entre Estados Unidos y China.
"El discurso incendiario proteccionista (del presidente estadounidense Donald Trump) puede provocar un comportamiento al alza del dólar, pero es solo coyuntural", atempera.
En México, la inversión pública y privada representa poco más del 27% del PIB; las exportaciones, sobre todo a Estados Unidos, el 32%; el gasto público corriente, un 22%.
En este clima "el consumo aumentaría 1 punto, a 9%", puntualiza la previsión del Lacen.