Deseando recuperar la reputación, Meghan Markle, sin consultar a nadie del palacio de Buckingham, se dirigió a la compañía estadounidense conocida por sus métodos radicales para mejorar la imagen de figuras públicas, algunas de ellas muy controvertidas.
La empresa asesora a Meghan sobre los nuevos planes del fondo de caridad Sussex Royal que administran los duques.
Últimamente Meghan Markle estuvo involucrada en una serie de escándalos. La reputación de la duquesa quedó dañada después de una pelea con su padre, rumores de conflictos con Guillermo y Kate, escandalosos vuelos privados y una lujosa renovación de la residencia.
No obstante, la contratación de una agencia estadounidense no ha hecho más que empeorar la situación.
Los expertos ven en este paso otra prueba de que la duquesa quiere que todos la traten como una celebridad y no como un miembro de la familia real.
Ella fue asesora principal de la campaña de Hillary Clinton en 2016 y trabajó para Bill Clinton en la Casa Blanca, así que tiene experiencia en trabajar con figuras públicas estadounidenses.
"Contratar a una empresa de Hollywood para promoverte cuando eres miembro de la familia real es, cuanto menos, poco ortodoxo", dijo una fuente cercana a la familia real al diario británico The Sun.
"En el palacio se quedaron atónitos al ver que la pareja ignoraba los consejos de su equipo altamente profesional y que, en su lugar, escuchaba a los extranjeros de Hollywood", añadió.