El mandatario estadounidense insistió en volar a la residencia oficial de los monarcas británicos en Londres en helicóptero dos veces en un día. Su aeronave dejó marcas y cráteres en el césped de la reina.
Según una fuente del medio, Isabel II reveló su angustia por el estado de su jardín a Scott Morrison, el primer ministro australiano, que también había viajado al Reino Unido.
La visita de Trump a Londres resultó bastante contradictoria y provocó manifestaciones de los británicos en las plazas principales de la capital del Reino Unido. Sin embargo, el presidente estadounidense dijo no haber visto ninguna protesta durante su visita.