La investigación consistió en realizar pruebas de alcoholemia y en entrevistar a los participantes después de una noche de fiesta. A la mañana siguiente, más de 100 personas que habían consumido bebidas alcohólicas completaron una encuesta en línea y realizaron una prueba cognitiva con diversos grados de resaca.
Según la doctora Sarah Benson, tales investigaciones tienen mucha relevancia para que las personas entiendan mejor sus limitaciones durante las resacas, aunque no hay nada sorprendente en que el malestar y el daño al cerebro empeoran si se consume más alcohol. "La investigación demuestra que la resaca reduce las capacidades para realizar tareas complejas como conducir, trabajar y estudiar", destacó.
El equipo que realizó la investigación seguirá explorando otros efectos que la resaca puede causar en el funcionamiento normal del cerebro. "Con las encuestas en línea, formar parte de la investigación es relativamente simple. Pero estamos buscando otras maneras para mejorar aún más la participación", adelantó Benson.