El primer mausoleo, en el centro de la Plaza Roja, fue construido en madera, de manera provisional, tres días después de la muerte de Lenin. Después de cerca de un mes, cerró sus puertas para que se llevara a cabo un nuevo embalsamamiento que fuera capaz de conservar el cuerpo del líder por años.
Mientras los científicos buscaban maneras de preservar el cadáver del líder soviético, el sepulcro fue sometido a una reconstrucción. El 1 de agosto de 1924, una segunda tumba mejorada, pero todavía de madera, se abrió al público. El imponente mausoleo de piedra roja y negra, vigente a día de hoy, fue construido solamente seis años más tarde, en 1930
Para celebrar los 95 años de la apertura del mausoleo de Lenin, Sputnik comparte con sus lectores cinco datos curiosos sobre este monumento.
Prohibido fotografiar a Lenin
En la época de la Unión Soviética, hasta dos millones y medio de personas visitaban el mausoleo de Lenin cada año. Pese a que en la actualidad este número ha disminuido significativamente —cerca de medio millón de visitantes al año—, la tumba del líder soviético sigue siendo una de las más populares atracciones turísticas de la capital rusa.
Si estás en Moscú y deseas ver a Lenin con tus propios ojos, no necesitas gastar ni un solo rublo: la entrada al mausoleo es gratuita. Todo lo que necesitas hacer es esperar en una fila que puede ser más larga o más corta dependiendo de la época del año. Existen, sin embargo, una lista de reglas que hay que obedecer al visitar el mausoleo en la Plaza Roja.
A los visitantes no se les permite ni fotografiar ni filmar al cuerpo de Lenin. Durante mucho tiempo, la entrada al mausoleo con cámaras fotográficas u otros dispositivos de grabación estuvo totalmente prohibida, pero la popularización de los teléfonos capaces de sacar instantáneas hizo que tal prohibición dejara de existir. Sin embargo, decenas de guardias, ubicados en todos los rincones del interior del mausoleo, garantizan que nadie haga registros fotográficos de la visita.
Al entrar al mausoleo, no es raro que se pida a los visitantes quitarse los tocados y las gafas de sol, sacarse las manos de los bolsillos y guardar total silencio. Las personas, además, deben mantener el constante movimiento de la fila y no se pueden detener por mucho tiempo para observar el cuerpo centenario.
Lenin compartió su mausoleo con Stalin
Tras la muerte de Iósif Stalin, en marzo de 1953, su cuerpo embalsamado fue expuesto al lado del de Lenin en la Plaza Roja. El sepulcro pasó entonces a llamarse Mausoleo de Vladímir Lenin e Iósif Stalin.
En 1961, sin embargo, en el marco de la campaña de desestalinización del país, que consistía en eliminar el llamado culto a la personalidad, el cuerpo del líder soviético fue retirado del mausoleo. Actualmente, Stalin está enterrado en la Necrópolis de la Muralla del Kremlin.
En 1990, el Mausoleo y la Necrópolis de la Muralla del Kremlin se incluyeron en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, como parte del conjunto de la Plaza Roja y el Kremlin.
Parte de la sociedad rusa está a favor de enterrar a Lenin
La posible remoción del cuerpo de Lenin del mausoleo y su posterior entierro es un tema controvertido que sacude a la sociedad rusa casi todos los años, especialmente en vísperas de fechas memorables asociadas con el líder de la revolución bolchevique.
Los que están a favor de la idea suelen indicar que el propio Lenin, antes de su muerte, pidió supuestamente ser enterrado al lado de su madre en el Cementerio Vólkovo, en San Petersburgo. Además, personas ilustres, como el líder de la república rusa de Chechenia, Ramzán Kadírov, consideran que es lo más humano que se puede hacer, habida cuenta que el líder soviético murió hace ya casi un siglo.
Los que están contra la idea subrayan la importancia histórica de Lenin. Entre otras cosas, apuntan que, de acuerdo con la ley rusa actual, tal decisión solo es posible con el consentimiento de los familiares del fallecido y la sobrina de Lenin, Olga Dmitrievna Uliánova, más de una vez se posicionó en contra de la medida durante su vida.
Valentina Matvienko, presidenta del Consejo de la Federación de Rusia —Cámara Alta del Parlamento—, considera que el entierro de Lenin es algo inevitable. En su opinión, la manera menos conflictiva de resolver la cuestión es a través de la realización de un referéndum sobre el asunto. Sin embargo, Matvienko está convencida de que esto no es algo que ocurrirá en un futuro próximo.
Sarcófago a prueba de balas
A primera vista, puede parecer extraño mantener un cuerpo ya sin vida en un sepulcro a prueba de balas. La medida, sin embargo, se hizo necesaria tras repetidos ataques contra el mausoleo a lo largo de las décadas, algunos con resultados fatales.
Desde sus primeros años de existencia, el mausoleo ha sido blanco de los más diversos tipos de vandalismo. Piedras, cócteles molotov, botellas con tinta y hasta un martillo fueron lanzados contra el monumento en distintas ocasiones. Se registraron también casos de ciudadanos que intentaron atacar al cuerpo con un cuchillo e incluso disparar contra él.
En 1967, sin embargo, el mausoleo fue el escenario de un incidente mucho más grave: un atentado terrorista. En aquella ocasión, un residente de la ciudad lituana de Kaunas hizo explotar un cinturón de explosivos cerca de la entrada al mausoleo, matándose a sí mismo y a varias otras personas que allí se encontraban.
En septiembre de 1973, después de que Lenin ya fuera colocado detrás del vidrio a prueba de balas, una persona desconocida hizo volar un dispositivo explosivo improvisado en el interior del mausoleo. Pese a que el cuerpo embalsamado siguió intacto, el atacante y una pareja que se encontraban en el local fallecieron.
El embalsamamiento de Lenin propició avances en la medicina
Para conservar en perfecto estado el cuerpo del líder soviético a lo largo de tantas décadas, los científicos soviéticos desarrollaron en el laboratorio del mausoleo una técnica de embalsamamiento nunca antes usada, basada en métodos ya existentes y en nuevos inventos.
A mediados de la década de 60, Yuri Lopujin, uno de los médicos involucrados en la conservación del cuerpo de Lenin, participó en la creación de un método nacional de trasplante de riñón. Una técnica desarrollada para permitir el paso de las soluciones de embalsamamiento a través del cuerpo de Lenin fue adaptada y pasó a ser usada para mantener el flujo de sangre mediante los riñones de los donantes durante las cirugías de trasplante.
Además, un método de análisis no invasivo para obtener datos sobre las condiciones del cuerpo de Lenin sin la necesidad de hacer cortes en su piel fue adaptado por Lopujin y sus colegas en los años 80. Los médicos perfeccionaron la técnica para verificar los niveles de colesterol en pacientes vivos. El pequeño dispositivo portátil, patentado en 2002, se vende actualmente en Canadá, Estados Unidos y en países de Europa y es el único método no invasivo para medir los niveles de colesterol en la piel.