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¡Aquí huele a azufre! Nuevas batallas en Mallorca por las emisiones de los cruceros

"Un problema muy grave que se nos ha escapado de las manos”, así describe Margalida Ramis, del Grupo Ornitològic de Balears (GOB) Mallorca, la industria turística de los megacruceros.
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Palma de Mallorca recientemente acogió las jornadas internacionales sobre el turismo de megacruceros. La conferencia se llamaba ¿Limitar o morir de éxito? y reunió a expertos de Italia, Alemania, Bélgica y España.

El objetivo principal era discutir el impacto de los megacruceros a nivel ambientalysocial, aportar datos, y generar propuestas. En el encuentro participaron las entidades “más críticas y reconocidas a nivel internacional”, como Palma XXI, Tramuntana XXI, el GOB, Amics de la Terra, Ecologistas en Acción, Terraferida, Ciutat per a qui l'habita y Autopista Mai.

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Jaume Garau, secretario de Palma XXI, la plataforma Contra los Megacruceros de Mallorca, anunció que se creará un comité de expertos medioambientales que asesorará a la entidad en sus negociaciones con la administración pública. Garau afirma que con esa conferencia, Palma se convierte en el epicentro de la lucha contra los megacruceros, “que no son un problema local, sino algo global” por el impacto medioambiental, económico y social que producen los grandes navíos en Palma.

En la conferencia además participó el representante de la Federación europea Transport & Environment, quien aseguró que España es el país que más contamina por cruceros en Europa, con los puertos de Barcelona y Palma.

Los activistas insisten que ante un “estado de emergencia” hay que exigir a las grandes compañías de cruceros pagar una tasa por contaminación en el puerto como ya hacen en el Mar del Norte. Entre otras medidas se pide que el número de cruceros que llegan al puerto sea reducido hasta un crucero al día con 4.000 pasajeros, lo que permitiría evitar problemas de salud, ruidos y las emisiones de contaminantes.

En particular, se trata de la contaminación por las micropartículas de óxido de azufre.

“Tienen un impacto tierra dentro de 300 kilómetros, o sea, que la contaminación de los cruceros que llegan a Palma, afecta a toda la isla", puntualizó Axel Friedrich, químico alemán y experto en mediciones en los puertos.

El especialista reiteró que las emisiones de estos barcos provocan enfermedades. Según sus palabras unas 400.000 personas mueren al año en la Unión Europea por efecto de la contaminación. Con todo, y pese a la alarma, asegura que "hay sistemas limpios", pero añade que se podrían evitar muertes anuales por contaminación, si los cruceros limitan sus emisiones.

Los activistas también colgaron una petición en la plataforma europea Wemove.eu que ya tiene más de 11.000 firmas y el apoyo de cerca de 40 personalidades del mundo de la cultura, la política y del mundo empresarial.

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Al mismo tiempo hay quienes se oponen a estas voces. La semana pasada en la Estación Marítima 2 del Puerto de Palma se concentraron 100 personas en defensa del turismo de cruceros.

Además, la presidenta del Gobierno de las Islas Baleares, Francina Armengol, abogó por buscar equilibrios en relación a la llegada de cruceros a Palma y propuso hablar sobre el problema de megacruceros con otras instituciones implicadas.

Como respuesta, la Federación de Pequeña y Mediana Empresa de Mallorca (Pimem) reclamó la elaboración de "un estudio objetivo e independiente" para determinar la incidencia de los cruceros turísticos en la contaminación atmosférica de Palma.

El presidente de la federación Jordi Mora afirma que el sector defiende la máxima 'gestión sí, prohibición no'. Por eso dice que se solicita a las autoridades competentes la realización de un estudio "fiable, veraz y profundo" sobre la actividad de los cruceros en clave ambiental, social y económica. "Antes de hablar de gestionar y de prohibir, necesitamos datos e información fiable para evitar debates estériles", concluye.

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