El sumo pontífice se puso el casco al visitar una catedral en el poblado italiano de Camerino que sufrió un sismo en 2016. Todavía no se permite el ingreso de la población civil a la catedral, ya que continúan los trabajos para estabilizar las construcciones.
Para protegerse, el papa Francisco utilizó un casco de bombero con su escudo y la bandera de Italia.
Los clérigos que participaron en la primera misa en la catedral de Notre Dame de París después del incendio también se pusieron sus cascos por motivos de seguridad. En contraste con aquel del sumo pontífice, sus cascos no tenían escudos, ni banderas.
La misa tuvo lugar en una pequeña capilla, que no se vio afectada por el fuego.
Asistieron el arzobispo de París, Michelle Opeti, el abad de Notre Dame, Patrick Chauvet, así como varios sacerdotes y feligreses. En total, eran unas 30 personas. Todos ellos con cascos porque la amenaza del colapso de la bóveda aún no se elimina por completo.
Por primera vez en la historia de Notre Dame, que cuenta con siglos y siglos, los eclesiásticos lucieron cascos, subraya el corresponsal del periódico ruso Kommersant en Francia, Alexéi Tarjanov.
El único momento en que los participantes de la misa tuvieron que violar las normas de seguridad fue durante la eucaristía. Todos los que fueron por su hostia se quitaban el casco, ya que era impensable permanecer con la cabeza cubierta durante este sacramento. El arzobispo con la copa también estaba sin su casco.
El arzobispo llamó a Notre Dame "el símbolo de Francia y el símbolo de sus raíces cristianas", denunciando la falta de atención a la religión "por ideología o ignorancia".
Desde 1792, una de las principales joyas cristianas se conservó en esta capilla: la corona de espinas de Jesús. El rey Luis IX de Francia la adquirió en 1250 del emperador latino Balduin II. Durante el incendio en Notre Dame en abril pasado, el ataúd de cristal con espinas se salvó junto con otras reliquias.
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