La OTAN se frotaba las manos mientras se preparaba para adueñarse de Kosovo. Tenían previsto enviar sus fuerzas desde Macedonia del Norte para establecer su control completo sobre esta región serbia. Uno de los lugares de mayor importancia era el aeropuerto Slatina de Pristina, la capital kosovar.
Rusia envió un batallón de las Fuerzas Aerotransportadas de Bosnia rumbo a Kosovo. El convoy llegó a Pristina en la madrugada del 12 de junio de 1999. La población serbia de la capital kosovar salió a las calles para saludar a las tropas rusas.
Por la mañana el grupo de militares rusos alcanzó el aeropuerto Slatina y estableció su control sobre él.
Sputnik habló con el teniente general Nikolái Staskov, quien, en junio de 1999, era jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Aerotransportadas y uno de los comandantes de la operación rusa en Kosovo.