Ciencia

Así es el primer órgano impreso en 3D que imita unos pulmones (vídeo)

Un equipo de científicos estadounidenses ha logrado alcanzar un hito histórico: crear mediante un revolucionario proceso de bioimpresión en 3D el primer entramado de redes vasculares capaz de transportar nutrientes. Es el mismo presente en órganos como los pulmones y los riñones, y abre una puerta en el mundo de los trasplantes hasta ahora cerrada.
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Crear una red vascular hasta hoy había sido imposible debido a su complejidad. Están compuestas por vasos sanguíneos, arterias, capilares y venas que funcionan como conductos musculares elásticos que distribuyen y administran la sangre del cuerpo.

El equipo que ha hecho posible el nuevo proceso de bioimpresión en 3D lo ha dirigido Jordan Miller, de la Universidad Rice de Texas (EEUU) y Kelly Stevens, de la Universidad de Washington (EEUU), e incluye también a colaboradores de las universidades estadounidenses de Duke y de Rowan. A la prensa Miller ha explicado que "una de las piedras en el camino para generar sustitutos al tejido humano siempre ha sido nuestra incapacidad de imprimir la compleja red vascular capaz de abastecer de nutrientes a tejidos densamente poblados". Al nuevo proceso de bioimpresión lo han llamado 'aparato estereolitográfico de ingeniería de tejidos' (SLATE).

Miller y su equipo son los primeros en imitar ese complicado entramado vascular y lo han conseguido utilizando en la impresión un colorante alimentario bastante común: la tartrazina.

Durante el proceso de impresión, SLATE imprime capa por capa un saco de aire alrededor del cual se estructurará el tejido sumergido en una solución de hidrogel. Cuando esa solución se expone a una luz azul, el 'órgano' se solidifica.

El fin de los trasplantes de corazón: ¿una realidad cercana?
Ese órgano es más pequeño que un centavo de dólar, pero abre una puerta que hasta ahora había permanecido cerrada: la de reducir las listas de espera de los pacientes que necesitan donantes de órganos. Solo en Estados Unidos unas 114.000 personas esperan su turno y ya de por sí son pocos los que donan. A ello se añade que, incluso si el trasplante ha salido bien, los pacientes deben tomar medicamentos inmunodepresivos para que su organismo no rechace el nuevo órgano.

De izquierda a derecha, los bioingenieros Bragat Grigorián, Jordan Miller y Daniel Sazer, unos de los responsables de la técnica SLATE.

"Con lo que hemos conseguido, ahora nos podemos preguntar mejor si, pudiendo imprimir tejidos que ahora incluso respiran como los tejidos sanos de nuestro cuerpo, también realizarán las mismas funciones que estos", explica Miller.

La pregunta es importantísima porque una cosa es que el órgano impreso transporte la sangre y los nutrientes y respire y otra muy distinta que realice todas las funciones propias de un órgano natural. Como recuerda Stevens, "el riñón realiza 500 funciones". El hito de este equipo, publicado en la revista Science, de científicos es un paso de gigante para lograr que un órgano artificial pueda ser implantado, pero los autores tienen claro que quedan muchos otros pasos de gigante. "Solo acabamos de empezar a explorar las arquitecturas que encontramos en el cuerpo humano, así que tenemos muchísimo que aprender", alerta Miller.

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