"Es una vergüenza; esto no es justicia, es una corte de 'canguros'", protestó Ángela Muldei, de origen holandés.
Más de un centenar de personas aguardaban ante la sala 3 del Tribunal de Westminster, donde el fundador de Wikileaks compareció por videoconferencia desde la cárcel de Belmarsh, al este de Londres.
Pero las autoridades reservaron todas las plazas disponibles a periodistas exclusivamente, provocando reacciones airadas del resto del público.
Assange confirmó su identidad a través de la pantalla y rechazó la oferta del juez de viajar voluntariamente a Estados Unidos, donde la Justicia le reclama por conspiración de pirateo informático.
La vista fue de carácter técnico y apenas duró unos quince minutos.
La siguiente sesión, también a nivel preparatorio, ha sido convocada para el 30 de mayo.
Otra cita posterior, el 12 de junio, debería avanzar las diligencias cara a la apertura del juicio de extradición en este tribunal de primera instancia de la capital británica.
Además: Fin de la libertad de expresión en Occidente: arresto de Assange, creador de WikiLeaks